Es increíble cómo lo
que ocurre en nuestra mente puede influir notablemente en nuestra vida
cotidiana. A menudo, culpamos a las circunstancias o a la mala suerte, cuando
en realidad es posible lograr un bienestar desde el interior, siendo ecuánime y
teniendo un pensamiento equilibrado y adecuado al presente.
Walter Riso,
psicólogo y autor de El poder del pensamiento flexible, nos
propone en este libro, un pensamiento adaptable a diferentes circunstancias. Aquél
que ve las cosas desde una nueva perspectiva y explora diferentes opciones. Para
dejarlo más claro, explora tres tipos de mentes: La líquida, que es la ambigua,
la que no se compromete ni da una respuesta clara. Que da respuestas como “a mí
qué me importa, yo no sé de eso”. Se trata de alguien meramente nihilista, es
decir que “no cree en nada” y que pareciera que todo le da igual, a veces sí se
decide y a veces no. Por otro lado, está la mente rígida, que se guía
únicamente por las reglas, sin cuestionarlas y sin tener ni un solo grado de
flexibilidad. “Lo hago sólo porque así dice el reglamento o porque siempre lo
he hecho así” el conformismo ante todo, sin apertura, resistente al cambio y
sin proponer más allá que lo que las reglas indican.
El autor pone el ejemplo
de una farmacia que está a punto cerrar porque así lo indica el horario y que la
dependienta decide no dejar pasar a un hombre con la urgencia de comprar un
medicamento. En lugar de eso, una mente flexible analiza la situación y hace un
balance entre las ventajas de cumplir dicha regla en ese momento o hacer la
excepción en ese momento y ser empático incluso. Tal sería el caso de tomar la
decisión de cerrar unos minutos más tarde y vender el medicamento requerido. Así
es precisamente una mente flexible: abierta al cambio, responsiva y sensible a
otros puntos de vista; que llega a un punto medio de acuerdo con los
requerimientos. No vive anclada a “los deberías”, por ejemplo “Debería de
dormir más”, “Debería de casarme pronto”, “No debería andar con un hombre
mayor”, entre otros. La lista es interminable. Walter Riso nos invita a sacudirnos de la
tradición que nos frena, de las limitaciones de uno mismo y de los cerrojos
mentales. Sus libros valen la pena porque ilustran con ejemplos, relatos y
cuadros con consejos, en este caso para tener un pensamiento flexible.
Una mente flexible no
se frustra si no ocurre lo esperado. Se adapta y busca opciones alternas, sin
bloquearse ni amargarse la existencia. Lo ve como una oportunidad para
experimentar y ponerse a prueba. Encuentra el lado divertido de los
acontecimientos, satiriza la vida, se ríe de los propios errores, rompe reglas
y no tiene miedo a equivocarse.
Parte del proceso
–nos dice el autor- es hacer un
ejercicio de autocrítica, donde se examinen las propias creencias, valores y
comportamientos y con base en eso descubrir lo inútil e inservible que hay en
nuestra existencia. Existen situaciones en las que enfocamos toda nuestra
atención cuando ni siquiera la merecen. Para ello es preciso discriminar cuándo
algo es verdaderamente importante y cuándo no lo es.
En todo análisis
habrá que preguntarnos: ¿Vale la pena? ¿Acaso los beneficios superan a las
incomodidades? ¿Qué es lo que realmente me importa? En fin, es una lectura para
reflexionar.
“La flexibilidad no
es un estado de la mente, sino un proceso dinámico de observación y
autoevaluación permanente” Walter Riso.
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