Entre posadas
y fiestas decembrinas, en el mundo de los melómanos siempre recordamos la
pérdida de un gran personaje llamado John Lennon, “mi Beatle” favorito.
Falleció el 8 de Diciembre a los 40 años. Fue integrante del cuarteto de
Liverpool, iniciado en 1961, desintegrándose oficialmente en 1970, año en el
que Lennon se lanzó como solista, inspirado por Yoko Ono, su viuda y poseedora
de todos los derechos de su material tanto discográfico como personal.
Hunter
Davies, el biógrafo oficial de los Beatles, recopiló, con el apoyo de Yoko Ono,
una serie de cartas ilustradas que Lennon dirigió a su familia, amigos, a su
primera esposa, Cynthia, a Brian Epstein, manager del grupo, al periodista Derek
Taylor, entre otros.
El libro
está dividido por años clave en la vida de John. Se acompañan de copias en
color de los manuscritos a mano y a máquina, así como la explicación del
contexto de cada mensaje.
Se hace
referencia a datos importantes como el lanzamiento de su primer disco; el
matrimonio entre John Lennon y Cynthia Powell, con la cual por cierto fue muy amoroso y a
pesar de su apretada agenda con el grupo, se dio tiempo para irse tres días de
Luna de Miel. Las cartas hacia ella muestran a un Lennon enamorado y dispuesto
a hacer lo que sea necesario para hacer feliz a su familia. También escribía
con tonos sarcásticos y de molestia, sobre todo cuando alguien se atrevía a
darle consejos sobre su forma de vida. Era muy directo y no se andaba con
rodeos.
Sus fans
quedaban encantadas porque se daba el tiempo suficiente para responder sus
cartas, especialmente en la época de la Beatlemanía
en 1963, en la que hubo muchas presentaciones en vivo, tours y una gran euforia
en muchas partes del mundo.
En 1965,
ocurrió ese concierto en el que el ruido era tan fuerte que no podían ni
siquiera escucharse a sí mismos. Finalmente, dichos shows ya no tenían que ver
con música, sino con escándalo generado por sus fans. En 1966, fue el último
concierto en los Estados Unidos donde John declaró que “eran más populares que
Jesucristo”.
Cuando
conoció a Yoko Ono, su vida dio un giro muy radical: se enamoró perdidamente de
ella, a tal grado que se separó de su esposa Cynthia y de su hijo Julian; se
casó con Yoko y se mudó a Nueva York. Los Beatles dejaron de ser su prioridad y
formó con su nueva esposa, una banda llamada Plastic Ono Band. El arte y el
activismo los unieron en un lazo impresionante que los hacía “ser” uno mismo. Incluso
las cartas ya las firmaba con los nombres de ambos. Lennon no podía estar sin
ella y él no quería encontrarse a solas con algún amigo (Paul por ejemplo) sin
estar Yoko presente. Estos son algunos de los motivos por los cuales no existen
cartas para Yoko Ono, ya que estaban siempre juntos.
En 1976,
decidió recluirse en su departamento en Dakota al lado de Central Park y salir
únicamente en ocasiones especiales. Llevaba una dieta más saludable. Era un
asiduo lector de biografías, poesía y libros de salud y espiritualidad. Era muy
agradecido y veía la vida positivamente, valorando los milagros que se le
presentaban día a día, particularmente los que ofrecía la naturaleza.
No cabe
duda que vivió intensamente y disfrutaba cada momento, hasta el día que
tristemente fue asesinado. Hay mucho que escribir y aprender sobre él y este
libro es una joya que permite conocerlo en otras facetas y tal vez admirarlo
más.
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