Es la película más reciente del mexicano Alejandro González Iñárritu, la cual relata la historia de Riggan, interpretado por Michael Keaton, un actor que años atrás fue famoso por interpretar al superhéroe de Birdman. Ahora desea utilizar todos sus ahorros para montar una obra de teatro en Broadway, con el fin de satisfacer su ego y tal vez recuperar su fama.
La historia hace pensar en actores que han vivido esta etapa; en la decadencia después de un gran auge en su carrera; en toparse con familias disfuncionales que no procuraron en su momento, y enfrentarse a un mundo en el que ya no se sienten "alguien". En este caso, Riggan ya no estaba al día con elementos como las redes sociales, los cuales han adquirido gran importancia en los últimos años. Alguien que tenga presencia y sobre todo adquiera fama en Twitter, por ejemplo, es más fácil que destaque en el mundo del espectáculo, restando importancia al talento actoral que pudiera tener. El hecho de saberse manejar en dichas redes, relaciones públicas, imagen y realizar acciones que den de qué hablar.
Emma Stone hace el papel de la hija tatuada y desaliñada de Riggan. También funge como asistente y su actuación es encantadora. También participan Zach Galifianakis- de la trilogía de Qué pasó ayer- Edward Norton y Naomi Watts.
Por otro lado, en el aspecto técnico, Iñárritu apostó por numerosos planos secuencia correctamente utilizados, que le dan dinamismo a la película. Este filme es más artístico, con tintes de humor negro y no tan dramático como sus anteriores (Biutiful, Babel, 21 gramos, Amores Perros).
Y finalmente:
Lo bueno: Además de que Edward Norton se ve muy bien, hace un papel interesante, en el cual se muestra muy auténtico y diferente de otras películas en las que ha participado.
Lo malo: Naomi Watts no brilló mucho esta vez. Su personaje pudo haberse explotado más.
Lo feo: Que el final sea abierto y no se sepa con certeza qué ocurre con el personaje.
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