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PÁLIDA LUZ EN LAS COLINAS



Reciéntemente se entregó el Premio Nobel de Literatura 2017 a Kazuo Ishiguro, un escritor de origen japonés y nacionalizado británico, y eso despertó mi curiosidad por comenzar a leer sus novelas, y comencé por Pálida luz en las colinas, que fue su primera novela, publicada en 1985.

El hecho de que este autor haya nacido en Nagasaki, justo en la década de los 50, a unos años del fin de la Segunda Guerra Mundial, provocó que se inspirara en las heridas de la guerra, para ubicar personajes en la vida cotidiana de esta época. En este caso se centra sobre Etsuko, una mujer que va recordando momentos de su vida, entre la relación con sus hijas y sobre todo la amistad con la señora Sachiko y su misteriosa hija Mariko. También rememora algunos momentos familiares con sus hijas, una de las cuales se suicidó.

La novela está narrada en primera persona, desde el punto de vista de una mujer, pese a que fue escrita por un hombre, a diferencia por ejemplo de Haruki Murakami, un icono de la literatura japonesa, que sus protagonistas suelen ser hombres e incluso muchas de sus novelas poseen tintes autobiográficos. De hecho fue gracias a que leído a diversos autores japoneses como Murakami, Banana Yoshimoto, Kyoichi Katayama y Natsuo Kirino, que contribuyó también a que quisiera leer a Ishiguro, porque aunque tenga nacionalidad británica, este libro se pudiera incluir como literatura japonesa, que se centra en el pasado y ubica a sus personajes en este bello país.

El resultado es una novela amena, que transporta al lector al universo de la protagonista, los lugares que describe y las situaciones con los diversos personajes que aparecen, tanto en Japón, como en Inglaterra, y mencionando el interés por buscar una vida mejor en América. 

En fin, este Nobel de Literatura me dejó un buen sabor de boca, así que próximamente seguiré leyendo más obras suyas.

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