No cabe duda que extrañaba las novelas de Paula Hawkins. Son libros que no puedes soltar y éste no fue la excepción.
Muchos thrillers se centran en la
vida de los detectives y policías. Sin embargo, los de esta autora
británica se enfocan en la vida de las víctimas, en los sospechosos y
sus dinámicas familiares.
A fuego lento está ubicada en Londres, específicamente cerca del Regents Canal, parte de lo que se conoce como Little Venice, y que es donde habitan los personajes (incluso al inicio hay un mapa de la zona, indicando dónde vive cada uno).
La trama gira en torno a la muerte de un hombre llamado Daniel y se centra en indagar sobre los motivos detrás de su asesinato, aunque al final, resulta más relevante conocer la vida de los habitantes de la zona, especialmente de las cinco mujeres: Laura, Carla, Miriam, Angela e Irene, que relatan la novela desde su punto de vista e invitan al lector a explorar su pasado y su lucha interna.
A fuego lento conserva la esencia de las dos anteriores: narración en primera persona y desde el punto de vista de múltiples personajes, así como diálogos internos y juegos entre el presente y el pasado. No maneja años, solo etapas de la vida de cada protagonista, sus traumas, culpas, decisiones y, en algunos casos, su sufrimiento desde la etapa de la infancia.
Confieso que, aunque nunca superará a La chica del tren y muchos lectores vivan decepcionados por los siguientes libros de Paula Hawkins, en mi caso, no sucede así. Yo me desilusioné un poco con Escrito en el agua, su segundo libro y así lo expreso en la reseña que hice en su momento, pero este tercero me atrapó incluso más que ese y entiendo que un escritor pasa por momentos distintos en su vida y es difícil superar o igualar el primer gran éxito, y, sobre todo, cumplir siempre con las expectativas de los lectores (y de la crítica en general).
Finalmente, por las referencias londinenses, por las peculiaridades de personajes, sus diálogos internos y los giros inesperados de la historia, A fuego lento fue una novela que disfruté mucho y que me resultó adictiva. Ojalá algún día la hagan serie o película, como hicieron con La chica del tren, solo que esta sí sea grabada fielmente en Londres.
De la misma manera, espero con ansias que Paula Hawkins saque una cuarta novela muy pronto y no espere cuatro años más.
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