“Cómo soltarse de
todo aquello que nos quita energía y bienestar”, es la premisa de este libro de
Walter Riso, psicólogo nacido en Italia, el cual ofrece una serie de
herramientas para evitar el apego o dependencia emocional, ya sea con parábolas
y fábulas budistas, así como ejemplos de casos de pacientes y sabias
reflexiones con base en su experiencia.
El concepto de apego
en Occidente, es el primer vínculo que el niño establece con la madre y que le
brinda seguridad en su desarrollo, mientras que en Oriente, el apego es la
causa principal del sufrimiento humano y una forma de adicción, y es
precisamente la que trata Riso en este libro.
Su teoría es que la
gente se apega a una fuente de seguridad ficticia por falta de seguridad en sí
misma.
Maneja una lista de
los posibles tipos de apego: el apego a una o más personas (pareja, padres,
hijos), que lo sufren aquéllos que tienen una necesidad imperante por alguien, con
la que forman un vínculo obsesivo y de posesión que al final termina en
catástrofe. El budismo señala que el que no posee al otro, lo respeta, y eso es
belleza, ternura y desapego.
El apego a la
aprobación social. Los que viven por agradar a los demás y que pierden incluso
su propia individualidad, cargando máscaras y dando una gran importancia a las
apariencias y al “qué dirán”.
El apego a las posesiones materiales y al dinero. Existen innumerables ejemplos como “El Rey Midas”, Scrooge de “Cuento de Navidad”, entre muchos otros, quienes finalmente se dan cuenta que el dinero no da la felicidad completa. Los budistas puntualizan que a más necesidad de posesión, menos salud mental.
De igual manera,
abundan los workaholics, los apegados
al trabajo y que no se dan tiempo para descansar ni para divertirse porque
piensan que no es productivo; También están los apegados a la tecnología, moda,
internet, redes sociales, teléfonos celulares y que pierden la convivencia con
la gente de su alrededor. Se incluyen también los que quieren estar vestidos al
último grito de la moda y poseer el gadget tecnológico más novedoso.
Y qué decir de los
que sufren de apego al propio cuerpo y la belleza, narcisistas que gastan cantidades
estratosféricas en cirugías plásticas, mientras que el desarrollo de su
interior lo dejan a un lado.
También están los
apegados al pasado y a la autoridad, con fobia a los cambios y a nuevas
experiencias. Walter Riso indica que “Si tienes que pedir permiso moral,
psicológico y emocional para decidir por ti mismo, o si te da pánico ir contra
la tradición instaurada cuando lo creas necesario, sufres de apego a la
autoridad”. Así que uno decide si se rebela a los calificativos socialmente
impuestos o asume la falsa identidad que le fue entregada. Hay que sacar a
flote ese espíritu de rebeldía y cuestionar lo que se nos ha inculcado.
¿Y qué ocurre con los
apegados al pasado? Se pierden de lo vivencial que les regala el presente.
Una vez identificados algunos tipos de
apego, hay que tomar acciones en consecuencia. La conclusión es que uno mismo
se hace daño con los apegos y las creencias autodestructivas en torno a ellos.
Hay que descubrir lo que uno no necesita y sacudirse de ello. Entre
menos necesidades se tengan, más libre se será. Apartar lo que sobra y lo que
estorba. Hacer a un lado pensamientos fatalistas y derrotistas. Lograr que los
contaminantes no afecten, llámense publicidad o gente tóxica. Cambiar el deseo
de posesión por las ganas de disfrutar.
Y finalmente, hay que
mirar la realidad sin distorsiones. Desapegarse, ver las cosas como son y
aceptarlas.
Vale la pena explorar este ensayo de Walter Riso y no conformarse únicamente con saber los conceptos, sino también es importante aplicarlos y experimentarlos día con día.
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