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HAGEN Y YO


¿Se imaginan que de pronto, más de 200 perros escaparan de los albergues y perreras e invadieran toda la ciudad, atacando a gente? Suena a película de terror estilo Aracnofobia, pero la realidad es que el terror lo viven estos animales, al ser víctimas de crueldad, maltrato, abandono, o el ser discriminados por no ser ejemplares de raza. 

Esto se plasma en Hagen y yo (Fehèr Isten, 2015), traducida al inglés como White God y dirigida por el húngaro Kornél Mundruczó, quien incluso hace un pequeño papel en la película. Se ubica en Budapest, Hungría, en donde existe una ley que prohíbe ser propietario de perros que no sean de raza, salvo que se pague un impuesto. Lili, una trompetista de 13 años, es dueña de un can llamado Hagen, un ejemplar color café y de gran tamaño, noble y obediente. Ambos eran inseparables. No podían estar uno sin el otro. La situación se complica cuando Lili es enviada a vivir con su padre, quien no le permite conservar a su perro y lo echa a la calle. Ella, desesperada, lo busca sin éxito por toda la ciudad. Hagen, mientras tanto, vive una serie de aventuras; una agradable y divertida en compañía de su pequeño amigo canino y otras sumamente desagradables al recibir maltrato y entrenamiento para ser perro de pelea. Con respecto de esto, hay algunas escenas atroces, en las que me vi obligada incluso que cerrar los ojos. Lo peor es que reflejan, sin duda alguna, la cruda realidad que viven algunos de estos animales. Por esto y más, no esperen que sea una película apta para niños, aunque el protagonista sea un simpático can. 

Venganza, liderazgo, conciencia y amistad, son aspectos que se ven plasmados en este filme, el cual me remitió a historias como El Flautista de Hamelin- de los hermanos Grimmpor la actividad con la música adquiere gran importancia en la trama, y La Dama y el Vagabundo- de Disneycuando Golfo, uno de los personajes principales, conoce a otros amigos perrunos cuando es atrapado en la perrera. 

Esta extraordinaria película triunfó en Cannes y causó también que adoptaran a los 280 caninos que participaron en ella. Otro dato es, que el personaje de Hagen, es interpretado por dos perros gemelos, Luke y Body, quienes fueron rescatados en Arizona. 

Es una impactante y conmovedora cinta que combina los géneros Drama, Terror y Aventura, posee una buena fotografía, y no sólo se valora en términos cinematográficos, sino que también la apreciamos personas como yo, amantes y protectoras de animales, al ver que se intenta, de algún modo, hacer conciencia sobre la situación de los perros y dedicarles una película que sale de lo tradicional, predecible y convencional. Vale la pena verla y...

¡Que vivan los perros y que viva la música! 



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