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Mi papá solía contarme de “cuando había
Gran Premio en México”, su experiencia y lo mucho que disfrutó asistir. Yo me
preguntaba si algún día tendría la oportunidad de ver uno en vivo.
Estuve en Montreal, Canadá, en junio de 2005, coincidiendo con el Grand Prix que se lleva a cabo en el Circuito
Gilles- Villeneuve en el parque Jean Drapeau. Recuerdo que visité el recinto, pero
ya no pude verlo en vivo, motivo por el cual únicamente compré souvenirs y lo
seguí en la TV. Aún participaban Juan Pablo Montoya y los legendarios hermanos Ralf
y Michael Schumacher, así como Fernando Alonso, Felipe Massa, Jenson Button y
Kimi Raikkonen, los cuales aún compiten. Mucho ha cambiado desde entonces, Kimi,
que se coronó en esa ocasión, pertenecía a la escudería McLaren- Mercedes, y
Ferrari seguía siendo tan popular como hasta ahora, especialmente porque el
equipo estaba conformado por Michael Schumacher y Rubens Barrichello quienes
hicieron segundo y tercero en el inolvidable Grand Prix du Canadá del 12 de
junio de 2005.
Me quedé con la espinita de asistir a algún
Gran Premio y planeando a qué lugar del mundo podría buscar esa oportunidad, y
por fortuna en 2014, anunciaron que el GP regresaría a México el año siguiente.
El suceso generó altas expectativas, muchos tuvimos la oportunidad de asistir
por primera vez a un evento deportivo de esta categoría, mientras que otros,
como mi padre, vivieron encantados nuevamente esta experiencia después de 23
años de ausencia.
Fue una competencia llena de sorpresas en
una jornada de tres días, con prácticas el 30 de octubre, la calificación al
día siguiente, y finalmente el Gran Premio el domingo 1 de noviembre. Lo
disfrutamos a lo grande mi novio y yo, con nuestros lugares ubicados al final
de la recta del circuito del Autódromo Hermanos Rodríguez, donde también se
localizan las primeras curvas en las que fuimos testigos de algunos trompos,
intentos de rebase y salidas del camino, en los que el público se levantaba
sorprendido. El hecho de que un mexicano, el tapatío Sergio “Checo” Pérez de la
escudería Force India, participara en esta competencia, contribuyó a la afición
y al entusiasmo por asistir a este Gran Premio, por lo que los asistentes no
dejaron de echarle porras y aplaudirle cada vez que aparecía.
Vale la pena
destacar la perseverancia del equipo Ferrari: Sebastian Vettel, pese a encontrarse
en último lugar por composturas en su vehículo al inicio de la carrera, logró rebasar
a siete de sus compañeros. Además, el público, al igual que con Checo, le
aplaudía con intención de alentarlo cada vez que aparecía. Al final no le fue
suficiente y el piloto alemán sufrión un accidente que lo dejó fuera de la
carrera. Su compañero de equipo, el finlandés Kimi Räikkönen, vivió una
situación similar. Su rendimiento iba excelente, rebasando a otros pilotos hasta
llegar al sexto lugar, pero al final quedó fuera de la carrera al chocar con su
compatriota Valtteri Bottas, quien logró colocarse en el tercer lugar del
podio. Lo acompañaron, el alemán Nico Rosberg quien se llevó la bandera a
cuadros, seguido de su compañero de equipo en la escudería Mercedes, Lewis
Hamilton. Los tres lucieron un gran sombrero charro, que graciosamente no
conseguían colocárselo correctamente y tal vez les incomodó por el gran peso,
pero sin duda es uno de los símbolos más representativos de México y un gran
detalle de la producción de este GP, enalteciendo la cultura mexicana. Lo mismo
hicieron con el vestuario de las edecanes, ya que fue diseñado por Pineda
Covalín, marca que sobresale por sus creaciones con motivos mexicanos llenas de
vida y color.
Finalmente, los asistentes quedamos
satisfechos con el evento en conjunto, pese al gran precio que hay que pagar
por los boletos. Es un deporte costoso y sin duda lo vale, aunque se tenga que
ahorrar mucho o ser muy afortunado y ganar boletos gratis.
Cabe mencionar que el Gran Premio de
México, no sólo fue una experiencia inolvidable para el público mexicano, sino
también para los pilotos, quienes quedaron extasiados por el recibimiento que
tuvieron en el país, en una atmósfera espléndida, hospitalaria y festiva,
haciéndolos sentir como celebridades.
Confieso que es el deporte que más disfruto
y ansiosamente espero el Gran Premio de México 2016.
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