Ir al contenido principal

BUSCANDO A DORY (FINDING DORY, 2016)




El hecho de haber visto BUSCANDO A NEMO, película de Disney- Pixar ganadora como mejor película animada, hace 13 años, provoca el interés y la curiosidad de ver esta segunda parte, en donde el objetivo es encontrar a la simpática Dory, un pez azul que hace reír con sus ocurrencias y peripecias debido a su pérdida de memoria a corto plazo.
Así que la película se centra totalmente en ella, en su infancia y sobre todo en sus padres, a quienes de pronto recuerda y decide buscarlos, y es cuando Marlin y Nemo la pierden de vista. En esta aventura aparecen nuevos personajes que le dan un toque cómico a la película: una graciosa ave llamada Becky, unos leones marinos, una ballena llamada Destiny, una beluga y un pulpo llamado Hank, quien destaca mucho en la historia.
Es inevitable no compararla con la primera parte, de la cual heredó la misma esencia de animación, además de ser entretenida y poseer un gran ritmo (sus 97 minutos se pasan de volada). Sin embargo, no es tan emocionante ni conmovedora como su antecesora, ni mucho menos como otras coproducciones de su categoría como UP, INTENSAMENTE o la trilogía de TOY STORY. El hecho de no haber un villano definido, hace también que disminuya la acción y el interés a la historia, en la que los protagonistas solamente son víctimas de la suerte y las circunstancias.
A fin de cuentas, no deja de ser una película infantil, que tiene como mensaje que aunque se tengan defectos sobresalientes, es posible aún lograr grandes cosas, sin planearlas necesariamente y convertirse en un ejemplo para alguien.
BUSCANDO A DORY es una película para entretener a los niños en este verano, al igual que para los nostálgicos que vimos la primera, que tal vez nos identificamos con el personaje de Dory, queremos recordar el “nadaremos, nadaremos” y a aquellos entrañables personajes de hace 13 años.


Esta reseña de mi autoría también fue publicada en: 

Comentarios