LA BELLA Y LA BESTIA

¿Quedarán satisfechos los fans con esta nueva versión?

Finalmente llega el momento esperado de ver la nueva versión de esta entrañable historia, que Disney nos dio a conocer en 1991 con la película animada, una joya maravillosa, magnífica y grandiosa, que se convirtió en la primera cinta animada en ser nominada en la categoría de Mejor Película en los Premios Óscar. Fue además la que rompió con los cánones de las típicas princesas de Disney, al ser la protagonista Bella, la rebelde, la intelectual, la “diferente”.

Es una historia basada en un antiguo cuento francés de Jeanne- Marie Leprince de Beaumont y por ello hacen referencia a París y los nombres de los personajes son franceses. Para los fans de este relato, del filme de dibujos animados y por supuesto de la princesa Bella, no podíamos perdernos esta nueva adaptación, al menos por curiosidad, especialmente por los efectos visuales y el vestuario, que sin duda es lo que más destaca. Desde el tráiler ya uno se imaginaba que la cinta sería sobresaliente en estas categorías, al igual que en el arte, particularmente la por los objetos del castillo.  

La música también ya la conocíamos, a cargo de Alan Menken, quien ganó dos premios Óscar por la cinta animada. Esta vez, el tema principal “Beauty and the Beast”, es interpretado por Ariana Grande y John Legend. También hay más canciones que en la de dibujos animados y algunas difieren también del musical de Broadway. Aun así, la esencia musical permanece, no por nada, Bill Condon, el director a cargo de esta cinta, dirigió musicales como DREAMGIRLS y ganó un Óscar por el guión del musical de CHICAGO.

Tiene un gran elenco de británicos famosos como Ian McKellen (Gandalf en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS; Magneto en X-MEN…) haciendo el papel del encantador Cogsworth, mejor conocido como Dindón; De igual manera, el australiano Ewan McGregor quien personifica a Lumière; aparece también Emma Thompson, interpretando a la Sra. Potts; Luke Evans como Gaston y a Josh Grad, que hace un divertido papel como su inseparable amigo LeFou; Kevin Kline como Maurice, que deja mucho que desear, especialmente porque al personaje animado lo recordábamos como al rechoncho, ingenuo, noble, dependiente e inseguro y aquí, a diferencia del anterior, simplemente es suspicaz, serio e igual con un toque de gracia y astucia.

La Bestia, interpretada por Dan Stevens, (un británico desconocido que hizo el papel de Matthew, esposo de Mary en Downton Abbey), es menos monstruosa que el personaje animado; aquí está más “humanizada” y es más graciosa y menos tierna. Definitivamente el papel de la Bestia destaca más que el de Bella, la cual Emma Watson hace un papel aceptable pero carente de la ternura, el romanticismo y el carisma colocado en la Bella animada de 1991. Probablemente porque uno recuerda a la pequeña Hermione Granger y que, pese a su evolución, se sigue viendo muy aniñada y es ahora una figura del femenismo actual que inclusive se negó a usar corset para la película. Pese a la rebeldía del actriz va acorde con la del personaje de Bella, no se percibe tan femenina ni madura como recordamos a la de dibujos animados (de hecho, las princesas animadas de Disney están alejadas completamente de un look infantil y por el contrario, se inclinan más al adulto). Cabe mencionar que a pesar de que Emma Watson ya no está tan chiquita (va a cumplir 27 años, es nacida en Francia, nacionalizada británica), confieso que hubiera preferido que se valieran de un talento más maduro. Tal vez era natural que la escogieran a ella para términos comerciales, sobre todo por el gran posicionamiento que tuvo con Harry Potter. Sería interesante que le colocaran retos distintos, personajes que no tengan que ver con la fantasía, como ya lo hizo Stephen Chbosky en LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE y fue un reto que ya vivió Daniel Radcliffe con las cintas que ha realizado post- HARRY POTTER.

Finalmente, LA BELLA Y LA BESTIA (2017) es una película entretenida y recomendable, tanto para los que vivimos nuestra infancia con el clásico homónimo animado de Disney, como para los que ni siquiera habían nacido cuando dicho clásico se estrenó, y en general para los fans de los musicales y las películas de fantasía de Disney.

Es inevitable la comparación con la animada, la cual es insuperable en todos los sentidos, pero por los efectos visuales, el arte y el vestuario, vale la pena verla. 

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