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La hija del papa




Alejandro VI fue el papa número 214 de la Iglesia Católica, entre 1492 y 1503 durante la época del Renacimiento. Su nombre real era Rodrigo Borgia, quien se convirtió en papa aunque estuviese casado y con hijos. Luchó siempre por el poder llevando a cabo planes maliciosos, incluyendo corrupción y asesinatos, con el fin de quitar del camino a las personas que le estorbaban para lograr sus propósitos.  Tuvo una hija llamada Lucrecia, nacida en el año de 1480 y de quien trata precisamente La hija del papa, novela escrita por César Vidal, historiador y escritor español nacido en 1958.
La novela transcurre en Roma de 1519- año en el que muere Lucrecia por complicaciones en un parto- y 1871, cuando el escritor e investigador Di Fonso recopila la información de unos manuscritos con el objetivo de rescatar aquello que pudiera dar a conocer las fuerzas políticas del renacimiento, incluyendo el papado.
En La hija del papa, el lector conoce la vida de Lucrecia Borgia mediante las cartas de amor de ella hacia el “commendatore” poeta y miembro del clero, Pietro Bembo, debido a que él decide releerlas al enterarse de la muerte de su amada en 1519. Él va recordando los momentos que vivió con ella y sus encuentros, los cuales se encuentran descritos con muchos detalle. De igual manera, Pietro recuerda, reflexiona y analiza de forma retrospectiva, no sólo sus momentos con ella, sino también la vida que ella llevó, a merced del destino que le impusiera su padre, el papa Alejandro VI, quien se encargaba de buscarle esposos a su conveniencia. El primero fue Giovanni Sforza, un hombre mucho mayor que ella, con quien se casó a los catorce años y con el cual no hubo ni amor ni placer. Finalmente, su matrimonio sólo duró cuatro años antes de declararse “nulo” a conveniencia del papa. Enseguida se casó con Alfonso de Aragón, quien murió dos años después y finalmente su tercer matrimonio fue con Alfonso d´Este, con quien duró hasta su muerte.
En esta novela, el lector se sumerge en los pensamientos de Lucrecia, en el lenguaje amoroso y poético de sus cartas y en sus sentimientos constantes de culpa al cometer adulterio y tener como amante a Pietro, quien también faltaba a sus votos. Hay que tomar en cuenta que en ese tiempo, la castidad en un clérigo era la excepción y no la norma.
En fin, es interesante que mediante las cartas y remembranzas que componen La hija del papa, pueda conocerse más del contexto del Renacimiento, de los papas y de la familia Borgia, particularmente de Lucrecia.
César Vidal recalca que su novela es una mezcla de elementos verídicos y ficticios. Los ficticios fueron os menos, pero los que indudablemente le dan al autor la posibilidad de cambiar el rumbo de la historia, particularmente del romance entre Lucrecia y Pietro.
Existen otros libros acerca de los Borgia, particularmente biografías y específicamente de Lucrecia Borgia, por ejemplo, el francés Victor Hugo hizo una obra de teatro y Donizetti la hizo ópera. También hay muchas películas y actualmente una serie de Televisión titulada Los Borgia con la actuación sobresaliente de Jeremy Irons como Rodrigo Borgia.  
Quisiera terminar con un fragmento de la novela, en el que el autor destaca el papel vital de la lectura y de los libros en su vida: “Había necesitado los libros no para documentarse, sino para vivir. Con ellos se podía dialogar, aprender, reír, disfrutar. No pedían dinero ni favores. No se sentían ofendidos por no ser los únicos. No se entregaban a la intriga o la conspiración…” 

Este texto de mi autoría también fue publicado en: 

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