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Hablando de psicología, la inteligencia y la estupidez



¿Por qué las personas inteligentes cometen estupideces? Este es el título del libro más reciente de Paolo Legrenzi, un psicólogo italiano que en este ensayo se dedica a analizar la raíz y algunos factores relacionados con las tonterías o estupideces que cualquier persona puede cometer, sin importar si es una persona inteligente o no. Y es que el hecho de cometer estos actos, no tiene relación con el coeficiente intelectual de la persona, sino de las circunstancias sociales o las trampas cognitivas que a menudo se le presenten. Muchos psicólogos y estudiosos se han enfocado en estudiar la inteligencia y han dejado de lado el tema del estupidez, a la que básicamente el autor se refiere a “regarla”  en ciertas situaciones o caer en tentaciones para satisfacer deseos inmediatos y no prestar atención en los intereses a largo plazo.
Para instruirnos en este tema, el autor analiza los casos de Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos y el de Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, quienes tuvieron algunos “líos de faldas” que les ocasionaron una mala imagen ante la sociedad. Es impresionante cómo la opinión pública juega un papel vital en este tipo de asuntos porque es quien emite juicios  y en ocasiones conduce a la persona a tomar decisiones como renunciar a su cargo, por ejemplo o bien al rechazo por la mala reputación que tendrá por mucho tiempo. Es posible además que esas tonterías afecten a terceros
Legrenzi nos brinda análisis de las tonterías, variables e incluso lo peligroso que puede ser ceder a una tentación, ya que uno se da cuenta, una vez consumada la tontería, que el riesgo era alto y haciendo el análisis costo-beneficio, finalmente no valía la pena. Es común que la persona se base en sus experiencias anteriores y piense algo así como “si antes ya lo hice y no pasó nada malo, lo puedo volver a hacer sin consecuencias graves”. 

 Las estrategias preventivas que nos comparte el autor pueden ser muy útiles, sobre todo porque las tentaciones están en muchos ambientes y habrá que reflexionar sobre lo que uno desea para un placer momentáneo o a corto plazo o bien lo que uno quiere realmente para largo plazo.
Es interesante como Legrenzi concluye que la sociedad es la que normalmente indica los actos que se consideran como tonterías o estupideces, porque los ve mal, van en contra de las normas morales, etc.
Finalmente gracias al análisis del autor, confirmamos que “No es preciso ser estúpido para cometer tonterías” ya que cualquiera las puede cometer. ¿Y qué hacer una vez consumada la tontería? “No pensar en ello” como dijo Lawrence de Arabia a quien también citan en este libro. Cuando uno se recrimina todo el tiempo, sólo consigue hundirse en un pozo sin salida en lugar de llevar a cabo estrategias preventivas.
Los invito a leer Por qué las personas inteligentes cometen estupideces, una lectura rápida y concreta que además de ofrecer un análisis de casos, invita al lector a la reflexión sobre las tentaciones que lo guían a cometer estupideces, así como las medidas de prevención. 
 “Cómo se puede perseguir un objetivo que a la larga es beneficioso, cuando dicho objetivo entra en conflicto con recompensas y satisfacciones inmediatas”
Paolo Legrenzi

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