Últimamente me he topado con libros, donde los protagonistas son hombres jóvenes entre 15 y 18 años a punto de entrar a la universidad, que describen el mundo a su manera, a la gente que les rodea y que a menudo quedan envueltos en conflictos existenciales.
Esta novela de Peter Cameron no
fue la excepción. El protagonista es James, un neoyorquino de 18 años, que nos
relata en un diario las vivencias propias de su edad, empezando por su rebeldía
por asistir a la universidad y en lugar de eso, adquirir todos los
conocimientos de un libro. Su sueño es
comprar una casa en el campo y dedicarse a leer. Que lo dejen leer en paz y no
lo obliguen a “perder el tiempo” asistiendo a una universidad. Para sus padres,
es claro que denotaba un comportamiento antisocial y es por ello que lo llevan
con una psiquiatra para que “lo haga entrar en razón”.
James trabajaba en la galería de
su madre durante el verano y no podía entender porque ciertos objetos eran
valorados como verdaderas obras de arte, así fueran restos de basura. La
realidad es que ahora el arte contemporáneo, más que en la estética, se enfoca
en el significado que cada artista le da y los sentimientos que pueda despertar
en el espectador.
En el libro también da diversas
referencias de la hermosa ciudad de Nueva York, al igual que de los
acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001. También hace referencia a
familias actuales, que hablan más con el perro que entre ellos, al padre que
trabaja demasiado y a la madre que lleva varios matrimonios y ninguno le
satisface.
En fin, en este diario, el
protagonista va llevando al lector a lo largo de su encuentro consigo mismo y
así como el mismo título lo dice Algún día este dolor te será útil,
hay que asumir riesgos y en ocasiones pasar por una serie de sufrimientos para
crecer y madurar. El hecho de independizarse, hacerse cargo de sus asuntos y
buscar un modus vivendi, significa todo un proceso que se oye fácil pero en
ocasiones no es fácil de asimilar ni de llevar a cabo. En algún momento del
libro, James dice que ya es mayor de edad y tiene el derecho de tomar sus
propias decisiones, cuando en realidad no dimensiona lo que realmente
significa. Es muy común que en países como Estados Unidos, una vez que los
jóvenes cumplen los 18 años, “se van de casa” para asistir a alguna universidad
lejos de su ciudad, habitar a menudo en alguna residencia estudiantil y buscar
algún trabajo en verano, ya sea en campamentos o atendiendo en algún establecimiento.
El autor Peter Cameron conduce a
una serie de reflexiones que me hacen recordar cuando estaba en esa etapa, de
los cuestionamientos que me hacía sobre la vida, a qué me iba a dedicar, dónde
iba a estudiar y sobre todo el deseo de experimentar y aprender. Es una novela
con una lectura dinámica y ágil, recomendable para adolescentes y
preadolescentes y que sumerge al lector en los pensamientos de James, alguien
con quien podrían identificarse y compartir algunas inquietudes.
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