Nueva York es una de las ciudades
más famosas del mundo, de las más emblemáticas y que ha servido de locación
para muchas películas de Hollywood y series de Televisión. Sin duda, es una de
mis ciudades favoritas y cada rincón de la “Gran Manzana” es realmente
inspirador. En este caso, fue el escenario del libro de Laura Connor titulado
precisamente Canción de Nueva York, una novela rosa acerca de Maya, una
abogada divorciada de 40 años, que regresa a su ciudad de origen para reunirse
con sus entrañables amigas de la universidad y especialmente con su exnovio
Paul. Por la locación y la trama, podría recordarnos a la novela Sexo
en la ciudad de Candace Bushnell, que después se convirtió en una
exitosa serie de Televisión y más adelante fue llevada al cine.
En Canción de Nueva York, la
protagonista Maya tiene también tres amigas: Trudy, Beth y Ania y todas con
personalidades muy diversas. Se reúnen para conversar sobre sus experiencias de
amor y desamor. Maya tuvo un noviazgo con Paul quince años atrás, ella tomó la decisión de enfocarse en su carrera como abogada y
aceptar un empleo en Los Ángeles, aunque tuviera que sacrificar su noviazgo con
Paul. Sin embargo, a pesar de haberse distanciado en todo ese tiempo, él le
envió cada 13 de Febrero, una carta con la primera estrofa de la canción “Wonderful
World” que traducida al español, dice así:
No sé mucho sobre Historia, no sé mucho sobre Biología, No sé mucho sobre
Ciencias, No sé mucho del Francés que estudié, Pero sé que te quiero y sé que
tú también me quieres, este sería un mundo maravilloso…
Maya nunca le dio respuesta a
estas cartas, pero años después inmersa en el trabajo y con un matrimonio
fracasado, decide darle otro rumbo a
su vida y reencontrarse con su antiguo amor con la esperanza de recuperarlo. Reflexionando
sobre este aspecto, cuántas personas conocemos en estas circunstancias, que
sacrifican su lado sentimental por entregarse de lleno al trabajo y una vez que
logran una posición exitosa, no logran cubrir ese “hueco amoroso” fácilmente ni
se sienten satisfechas con las parejas que tienen o los hombres que se van
topando en su camino. Van al gimnasio, viajan mucho y asisten a reuniones con
sus amigas. Tal vez algunas tengan hijos y estén divorciadas o muchas otras que
ni siquiera han experimentado el hecho de ser madres o esposas. Es cada vez más
común encontrar a mujeres en esta situación.
Por otro lado, es un dilema el hecho
de tener que escoger entre seguir una meta profesional o laboral que implique
separarse del ser amado o bien, permanecer con el ser amado, pero sacrificando
esa meta profesional o laboral. La decisión ya dependerá de las prioridades de
quién deba tomar esa decisión. Finalmente uno no tiene una bola de la fortuna
para saber de antemano que las decisiones que se toman son y serán siempre las
más favorables.
En fin, Canción de Nueva York es
la típica novela rosa ligera dirigida a mujeres lectoras, que resulta
entretenida y fácil de leer. La recomiendo para aquéllas que quieran una
lectura rápida y cursi para compartir entre amigas.
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