Fui a ver Ilusión Nacional el día de su
estreno. Fui justo ese día porque mi novio es súper apasionado del futbol y
además confieso que me daba curiosidad tratándose de un documental de un
deporte con tantos aficionados en el mundo.
El narrador del documental es Olallo Rubio, mismo
que lo escribe y dirige. Ya lo había escuchado anteriormente en emisiones
radiofónicas y no había llamado tanto mi atención, pero la manera en la que
narró este documental me sorprendió y terminó por gustarme.
Hace un recuento de la participación de México en
los mundiales de futbol, desde la década de los 50, hasta el Mundial de
Sudáfrica 2010. Hubo mundiales en los que no participó, otros en los que pasó
hasta octavos de final como es costumbre; dos que organizó como fueron el de
1970 y 1986 y otros en los que llevó un triunfo a casa como fue el Mundial Sub
17 de Perú en 2005 y el de México en 2011, en el que destacó fervientemente
Julio Gómez, al meter el gol del triunfo valiéndose de una “chilena” o “huguiña”
pese a una lesión en la cabeza sufrida en la cancha minutos antes.
Un año después, Oribe Peralta se lució al lograr el
gol más rápido de la historia de los Juegos Olímpicos y anotar el segundo punto
que le valió a la Selección Mexicana, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos
de Londres 2012.
Ilusión
Nacional también me hizo recordar aquellos mundiales
que vi de niña, comenzando por Estados Unidos ´94, el que tenía como mascota a
Striker, un simpático perrito. En este mundial, destacaron jugadores como Luis
García, Alberto García Aspe, Marcelino Bernal y por supuesto el portero Jorge
Campos, quien fue considerado uno de los mejores del mundo, o al menos eso
creía yo de niña. Tanto él como Luis García tuvieron romances con actrices:
Luis García casado un tiempo con Kate del Castillo y Jorge Campos en romance
con Daniela Castro, Marcela Pezet y Fabiola Campomanes. De este Mundial,
recuerdo el partido Mexico contra Italia, en el que pusieron una televisión
pequeña en mi salón de tercer grado de primaria para verlo ahí, y mis
compañeritos echaban pestes contra Italia, y todo para que al final quedaran
empatados.
Ya terminando la primaria, llegó el Mundial de
Francia ´98, en el que Luis Hernández “El Matador”, fue una figura destacada en
ese periodo y de quien aún recuerdo su expresión de euforia al meter gol y los
gritos de los comentaristas al momento de dicho acontecimiento. Y no olvidemos
al alegre “Aguigol” la mascota de la Selección Mexicana, de la cual vendían
peluches y libretitas en las que anotaba mis tareas.
En fin, fueron muy interesantes también los datos curiosos
sobre maniobras en la cancha de tiro a gol, como es “la chilena” que la hizo
famosa el nacionalizado chileno Ramón Unzaga y que a su muerte, le dio continuidad
Hugo Sánchez como “la huguiña”, así como la famosa “cuauhtemiña” de Cuauhtémoc
Blanco.
El futbol es una pasión y una religión para muchos. Para
mí solamente es un gusto: durante mi infancia veía los partidos de mi equipo en la
televisión, iba al estadio y posteriormente salía a celebrar en el monumento
principal de mi ciudad, de pasajero en mi vehículo, abriendo la ventanilla y
echando y recibiendo espuma de spray, todo el ritual acompañado de carcajadas,
euforia y buena vibra.
Actualmente disfruto el futbol, especialmente cuando se
trata de acudir al estadio a apoyar a mi equipo favorito o al de mi acompañante
o bien ver la Eurocopa, los Juegos Olímpicos o el Mundial de Futbol, tal como
lo haré este año con Brasil 2014.
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