La Bicicleta verde (Wadjda, 2012) es un filme que cuenta la
historia de Wadjda, una niña árabe de 10 años proveniente de una familia musulmana. Es hija única y vive con sus padres, pero tiene mayor convivencia con su madre, ya que su padre solamente aparece de vez en cuando en casa.
Y es que en la religión islámica la poligamia está permitida, así que es muy factible que los hombres deseen contraer matrimonio más de una vez (sobre todo si no han tenido hijos varones) e incluso en ocasiones tienen a las esposas viviendo en la misma casa.
La película muestra las costumbres de las mujeres islámicas: no poder salir a la calle sin la burka, lavarse la cara y los pies antes de rezar, hablar en voz baja en la calle para que los hombres no las oigan, salir siempre acompañadas de un hombre, entre muchas otras costumbres machistas, en las que la mujer está muy limitada en sus actividades.
Sin embargo, Wadjda es una niña rebelde, alegre y divertida. Gusta de escuchar música
rock, usar tenis Converse (aunque el resto de las niñas usara zapatos negros) y salir a jugar con su vecino. Él tiene una bicicleta y eso despierta en ella las ganas de poseer una también. En sus paseos por las calles, ve una bicicleta verde en venta y decide hacer circo, maroma y teatro para conseguirla. Hace inclusive amistad con el vendedor para que se la aparte en lo que ella consigue el dinero para comprarla.
Su madre no está de acuerdo, ya que se trata de un juguete para varones. Ella demuestra determinación y continúa con la idea de adquirirla a como dé lugar. Para conseguir el dinero, decide participar en un concurso escolar para memorizar y recitar
fragmentos del Corán.
Wadjda es "la niña diferente", la que rompe paradigmas, la que es directa y habla sin rodeos. La que tiene que lidiar a menudo con los regaños de la directora estricta y amargada de su escuela, defensora de la moral y las buenas costumbres de la mujer islámica.
Al final, Wadjda destaca por ser un gran ejemplo de persistencia, astucia, optimismo y perseverancia.
La bicicleta verde me dejó con un buen sabor de boca. Es una historia conmovedora, interesante, tierna y altamente recomendable.
Está escrita y dirigida por Haifaa Al- Mansour, pionera del cine en Arabia Saudí.
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