Así como lo hizo con su libro Hombres y Mujeres, Murakami echa a volar su imaginación y publica una colección de 17 cuentos, la mayoría con tintes surrealistas, anecdóticos y obedeciendo al realismo mágico.
Mientras vamos leyendo, encontramos referencia a libros anteriores como El pájaro que da cuerda al mundo y Baila, baila,baila; menciona el nombre de Watanabe más de una vez; muestra su obsesión por los sueños, la soledad, la atracción y algunos objetos, y muchos de sus cuentos se centran en el encuentro con personas a quienes nunca vuelve a ver.
El autor se enfoca en un solo tema y la historia que hay detrás de, algunos cuentos tienen como protagonista a una mujer como es "Lederhosen", que hace alusión a los pantalones y de qué manera ella decidió tomar una decisión crucial.
Hay algunos con demasiada fantasía como el de "El pequeño monstruo verde" que sabe leer pensamientos, o "El enanito bailarín"- el cual fue uno de los más graciosos- ya que se mete en el cuerpo de un hombre para bailar y conquistar a una chica. Esta historia me remitió a Ratatouille, en la que el ratoncito Remi se mete en el gorrito del aprendíz de chef.
Los personajes se cuestionan y hacen reflexiones sobre desconocidos como en el caso del cuento del "Comunicado del canguro"; otro personaje relata también sus anécdotas con los chinos que ha conocido en su vida. En el cuento de "Asuntos de familia", se centra en una relación de hermanos, hombre y mujer, la dinámica entre el hermano y el prometido de su hermana, etc. Se trata de un cuento novedoso, ya que pocas veces trata temas fraternales.
Las últimas historias son más realistas y atraparon más mi atención, como lo fue "El último césped de la tarde", "Silencio" y "El elefante desaparece"- que es el que le da el título a esta historia- y aunque este último tenga tintes surrealistas, sin duda resultó interesante.
En resumen, es una colección de relatos ligeros, que entretienen y echan a volar la imaginación del lector y sin dosis de drama como los que maneja el autor en algunas de sus novelas, las que por cierto no han brillado mucho últimamente.
El elefante desaparece, recomendable para los amantes de los cuentos, que no quieren drama, sino algo que los provoque divagar y que les haga amena la lectura.
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