Martin Scorsese vuelve a hacer una cinta digna del Oscar.
The Irishman, la película de la que muchos hablan, con publicidad en exteriores con las imágenes de los actores, Pacino, De Niro y Pesci y algunas otras con mensajes como "Se pintan casas", "Escuché que pintas casas", etc. se estrenó a finales de noviembre en Netflix, cinetecas, autocinemas y otros cines independientes. El filme está basado en personajes reales, los cuales se plasmaron en la novela I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt.
El protagonista es Frank Sheeran (Robert De Niro), un matón irlandés que desde un asilo cuenta su historia, en la que tiene como personajes a dos mafiosos italianos, Jimmy Hoffa (Al Pacino) y Russell Bufalino (Joe Pesci). Ambos se convierten en amigos cercanos de Sheeran; uno es íntimo incluso de la familia de Sheeran y el otro funge como su sereno y discreto mentor. La actuación de los tres grandes contemporáneos es simplemente magnífica. No es novedad que Scorsese los haya elegido, especialmente a Robert De Niro y Joe Pesci, con quienes ya había trabajado en conjunto en cintas como Toro Salvaje, de 1980, basada en la vida del boxeador Jake La Motta, así como en Goodfellas y Casino, películas noventeras de mafiosos.
La caracterización de los personajes es realmente grandiosa, tan solo para hacerlos ver más viejos o más jóvenes; Robert De Niro tiene ascendencia irlandesa por parte de su padre, lo que le da un parecido con el Frank Sheeran de la realidad.
Aunque lenta a ratos e innecesariamente larga (209 minutos, es decir, casi tres horas y media), es una gran película, contada en primera persona, en la que destaca la fotografía, el guión, actuaciones brillantes y temas de mafia, política, amistad, consejos, traiciones, acontecimientos inesperados, lo que sufren las familias por los padres mafiosos, etc.
Definitivamente estará nominada a más de un premio de la Academia, comenzando por las actuaciones, y aunque los tres ya han ganado un Óscar anteriormente (De Niro 2; Pacino 1, Pesci 1), ojalá alguno de ellos se lleve una estatuilla por esta película, sería genial que fuera Pacino o Pesci.
Vale la pena verla tan solo por las actuaciones y ver una película de mafia desde otro ángulo y tomando en cuenta que hay mucho diálogo y poca acción, en comparación con otras del género. No está en los cines comerciales, pero se puede disfrutar cómodamente desde Netflix, lo que da la facilidad de detenerla o incluso verla en dos o tres partes.
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