Reciéntemente se estrenó en Netflix, Ya no estoy aquí, una cinta mexicana escrita y dirigida por Fernando Frías de la Parra, originario de Ciudad de México y radicado en Nueva York, que se centra en una subcultura en Monterrey, Nuevo León llamada los kolombianos, los cuales combinan la cultura chola con la música colombiana.
La historia se centra en Ulises, de diecisiete años, líder de la pandilla Los Terkos, quienes bailan cumbia lenta (rebajada), visten con pantalones anchos, tenis Converse, cadenas, playeras a cuadros y su particular peinado estilizado, muy liso, embarrado y en algunos casos, con partes teñidas de rubio.
La cinta se ubica entre los años 2010 y 2011, aún bajo el gobierno de Calderón y la lucha intensa contra el narcotráfico y el crimen organizado que estaba en su pleno auge, especialmente en esa zona del país donde a menudo se vivían los narcobloqueos.
En una ocasión, Ulises y su banda coinciden con un cartel local y se suscitan una serie de eventos que lo obligan a huir y buscar el sueño americano en Nueva York. Ahí vive los prejuicios sobre su apariencia y busca refugio con una asiática con quien sufre la barrera del idioma, pero esta aventura le da un toque divertido a la película, dentro del drama que ya vive en un país ajeno, sin familia, sin saber el idioma, con la nostalgia y con miras a vivir de su pasión, la música, que le da identidad.
Así que se enfrenta al dilema de "sacrificar la vida por su música" o "sacrificar la música por su vida".
Es una cinta interesante, para conocer una subcultura que fue importante en Monterrey, donde la música lo era todo en la vida de Los Terkos. Como datos curiosos, cabe mencionar que este filme está basado en una tribu urbana real, pero con personajes ficticios. El protagonista, interpretado por Juan Daniel García, no era actor, pero era un regio de barrio que llamó la atención del director y fue capacitado para participar en esta película.
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