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Lewis Carroll y Roald Dahl


Se acerca la clausura de los Juegos Olímpicos de Londres y yo sigo con el ánimo de ofrecerles más opciones literarias de escritores ingleses. Me remito a mi infancia, cuando leí libros y vi películas que me marcaron durante esa etapa, por tratarse de historias sobrenaturales, extrañas e incluso divertidas.
Una de ellas fue Alicia en el país de las Maravillas, que leí el libro de Lewis Carroll y vi la adaptación cinematográfica de Disney, la cual combina esta historia y su secuela, Alicia a través del espejo. Lewis Carroll, es el seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, un escritor, fotógrafo y matemático nacido en Chesire, Inglaterra, el 27 de enero de 1832 y fallecido el 14 de enero de 1898.
Como fotógrafo, acostumbraba a retratar niñas como Alice Liddell, en quien se inspiró para escribir este libro. Mientras tanto, su gusto y facilidad por las matemáticas y la poesía, lo plasma en sus historias cuando Alicia tiene que resolver acertijos matemáticos o escuchar poemas y metáforas de otros personajes.
En Alicia en el país de las maravillas, Alicia estaba aburrida hasta que encuentra a un conejo blanco que siempre anda deprisa y decide seguirlo hasta su madriguera. A partir de aquí, comienza una aventura de encuentros con personajes parlantes, entre objetos, flores, animales como la oruga y el gato y humanos como el “Sombrerero Loco. Se dice que se le llamaba el “Sombrerero Loco”, porque en esa época, el mercurio era utilizado para procesar el fieltro de los sombreros y con frecuencia inhalaban los vapores, que les ocasionaban momentos de locura.  
En esta historia encontramos también, naipes que cobran vida; juegos de croquet con un malvada reina; líquidos y sustancias para agrandarse o encogerse, etc. El lector puede toparse con situaciones absurdas que no dejan de ser divertidas.
En Alicia a través del espejo, igual salen criaturas vivientes, una reina con quien Alicia compite, pero en lugar de jugar naipes, juegan ajedrez.
Finalmente, en ambas historias todo resulta ser producto de sus sueños. Recientemente, Tim Burton hizo una nueva versión cinematográfica donde combina ambas historias dándoles un toque muy excéntrico.
Las obras de Lewis Carroll han tenido influencia en otros libros y personajes. Por ejemplo,  en los cómics de Batman, Jervis Tetch, uno de los villanos, está basado en el “Sombrerero Loco” de Alicia. En una de las historias donde aparece, está encaprichado con los sombreros y todos los crímenes se relacionan con sombreros. En otro cómic, está obsesionado con el libro de Alicia, de Lewis Carroll precisamente, y además es pedófilo y le gustan las niñas a quienes viste como Alicia para luego matarlas.
Hay otro escritor que vale la pena mencionar, ya que sus películas fueron basadas en libros y llamaron mucho mi atención aunque no fuesen de dibujos animados. Me refiero a Roald Dahl, de descendencia noruega, nacido en Inglaterra el 13 de septiembre de 1916 y fallecido el 23 de noviembre de 1990. Algunas de sus historias, tienen como común denominador a personajes que detestan a los niños y les hacen la vida de cuadritos de diferentes maneras.
Por ejemplo, en Jimmy y el durazno gigante, Jimmy el protagonista tiene unas tías canijas y abusivas con él. En Charlie y la fábrica de chocolate, los niños reciben castigos por caer en tentaciones. En Las brujas, los niños son convertidos en animales como ratones y gallinas y en Matilda, una niña que posee poderes telequinéticos, es incomprendida y despreciada por su familia, mientras que en la escuela, la directora le da un trato pésimo a los niños, dándoles “lecciones” totalmente irracionales. 
Roald Dahl también escribió Gremlins, aquellas criaturas traviesas y endemoniadas que ponen los pelos de punta a cualquier humano que se cruce en su camino.
En fin, los libros mencionados, son lecturas cortas y su carácter fantástico conduce al lector a la imaginación. Son recomendables para niños y preadolescentes, aunque pueden ser disfrutados también por lectores de todas las edades. 

Este texto de mi autoría también puede verse publicado en: 

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