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Mi amigo Stieg Larsson

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Un día como hoy de hace ocho años falleció Stieg Larsson, autor de la trilogía Millennium compuesta por Los hombres que no amaban a las mujeres, La niña que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina y finalmente La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Estos libros a los que ya había dedicado una columna hace unos meses, envuelven al lector en un ambiente de suspenso, crimen y misterio. Se rumora que para el desarrollo de los personajes, Larsson se inspiró en gente de la vida real que había transcurrido por su vida y de igual manera, para cada una de las novelas, utilizó como recursos los casos que había leído o vivido a lo largo de su vida como periodista.

El reconocimiento a nivel mundial de Stieg Larsson, se debió precisamente a estas novelas que tienen como protagonistas al periodista Mikael Blomkvist y la increíble detective y hacker Lisbeth Salander. Millennium ha sido un fenómeno mundial, sus libros se han traducido a varios idiomas y esta trilogía ha sido adaptada exitosamente a películas suecas y posteriormente a estadounidenses.
Sin embargo, Larsson no alcanzó a vivir estos logros. Murió de un paro cardiaco después de subir unas escaleras. Tenía tan sólo cincuenta años y no había visto publicadas sus novelas, pero vivió la alegría de que fueron aceptadas en una editorial y que su labor como escritor de ficción estuviera dando frutos. Él era activista, periodista, editor de las revistas Expo y Svarvitt y tenía un ritmo de trabajo muy acelerado. Siempre se le veía ocupado con el celular o la computadora, comía mal, dormía poco y trabajaba hasta altas horas de la madrugada.

En Mi amigo Stieg Larsson, el autor Kurdo Baksi, su amigo y colaborador más cercano, describe a manera de testimonio, la relación que tuvo con él, sus trabajos periodísticos, los riesgos que corrían, las discrepancias y vicisitudes. También analiza especialmente la forma de ser y de trabajar de Larsson, quien era muy obstinado y le gustaba hacer las cosas a su manera y motivar a sus colaboradores a hacer lo mismo. De igual manera destacaba por ser valiente y determinante, no quitaba el dedo del renglón cuando se trataba de defender una causa en contra del racismo o en favor de las mujeres víctimas de la violencia, el cual resulta ser un tema central en la trilogía Millennium.

En este libro de hecho se pueden encontrar algunas transcripciones de sus manifiestos y algunas recreaciones de las conversaciones que sostuvo con su amigo Kurdo.

Este es uno de los textos que hace reflexionar al lector sobre la situación en la que viven los periodistas y la peligrosa labor que hacen para descubrir e intentar comunicar la verdad pese a las consecuencias que ésta conlleve. Son víctimas de amenazas y a veces son asesinados con tal de que no publiquen determinada información.

Recomiendo ampliamente la lectura de la trilogía Millennium y los que deseen conocer una pincelada de la vida del autor, no dejen de leer Mi amigo Stieg Larsson, una aproximación realmente interesante, que incluye fotografías y vivencias de este grandioso personaje. 

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