A diferencia de otras producciones, el elenco de esta cinta no está conformado por famosos de renombre, salvo por Will Smith, quien hace una gran interpretación del papel de "El Genio"; Mena Massoud, como Aladdin, y Naomi Scott, como Jasmine, se asemejan mucho a los personajes de la cinta animada de 1992, ganadora, por cierto, de dos premios Oscar por Mejor Música y Mejor Canción "A Whole New World" ("Un mundo ideal").
Algo interesante de estos clásicos de Disney, es el papel de las princesas en cuestión, siempre limitadas y/o sobreprotegidas por sus familias y/o las circunstancias, pero en algún punto rompen paradigmas y escapan de esos lazos para hacer "lo que les dicta su corazón".
Aladdin, a diferencia del remake de Dumbo, me dejó un gran sabor de boca, no hubo desvíos en la historia, no hay diferencias notables con la versión original y la producción fue estupenda. Destacan personajes entrañables como "La alfombra mágica" y "Abú", aunque me hubiera gustado ver más a "Rajá", quien no sobresale tanto en esta versión como en la animada.
En comparación con otras cintas de otras princesas de Disney que tienen momentos tristes o muy dramáticos, Aladdin es una historia que tiene más instantes alegres y cómicos, y sus canciones lo confirman. La dirección de esta versión estuvo a cargo del británico Guy Ritchie, exesposo de Madonna y padre de su hijo Rocco.
Definitivamente siempre preferiré las versiones animadas, pero disfruto aún así las live-action y da curiosidad ver nuevas versiones de cintas que se disfrutaron tanto durante la infancia.
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