Toy Story siempre será recordada como la primera película animada a computadora, una gran y divertida historia sumada a esa innovación tecnológica que hicieron que se convirtiera desde entonces en un boom y una película entrañable para todos los de la generación que estábamos en plena infancia, y que coincidíamos con la edad de Andy, el niño protagonista y dueño de Woody, Buzz, Rex, Hamm, Slinky y toda la inolvidable tropa de juguetes presentes en nuestras vidas desde 1995. El ganador del Oscar, John Lasseter, el encargado de dar vida a estos legendarios juguetes, tal vez no se imaginaba que se convertiría no solo en una, sino cuatro exitosas películas hasta el momento.
En todo este tiempo hemos crecido con la saga y seguido de cerca la evolución de Andy y las peripecias de los juguetes. En esta cuarta entrega, Woody, Buzz y compañía siguen a Bonnie en su crecimiento y se embarcan en una nueva aventura al lado de Forky, una figura que su uso inicial no era de el de un juguete pero que se convirtió en uno.
Bo, que estuvo ausente en la cinta pasada, vuelve transformada. De igual manera, nuevos personajes como un par de peluches y una muñeca llamada Gabby Gabby, entre otros, introducirán a Forky al mundo de los juguetes de todas las épocas, etapas y en todas las circunstancias.
Tom Hanks y Tim Allen hacen nuevamente las voces en inglés de Woddy y Buzz. En cuanto a los escritores, Andrew Stanton es quien sigue participando en el guión como lo ha hecho en toda la saga.
La cinta conserva su ritmo, dinamismo y con reflexiones como apertura a los cambios, ver más allá, salir de la zona de confort, aprender a desapegarse y con la posibilidad de transformarse y olvidar las limitaciones.
Así que, para hacer una pausa breve a solo ver refritos de Disney, vale la pena ver Toy Story 4, parte de esta saga que realmente sigue dando grandes sorpresas, divirtiendo, conmoviendo, provocando lágrimas y emociones encontradas.
Recomendable para personas de todas las edades.
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