He visto varias historias de fantasmas, que son de horror y espantos, pero ninguna abordando a los fantasmas de una forma como lo hace esta película. La encontré por casualidad en Netflix y quise darle una oportunidad. Se centra en una pareja interpretada por Rooney Mara y Cassey Affleck, que llegan a vivir a una cabaña. Como cualquier pareja, tienen sus desacuerdos y desventuras, pero el amor los mantiene juntos. Sin embargo, él sufre un accidente, muere en estado físico y queda su espíritu. No, no es como otras películas como Ghost, la sombra del amor, 1992 o Un ángel enamorado (City of Angels, 1997), por dar algunos ejemplos. Este fantasma (con el cliché de la sábana blanca y que solamente se ven los ojos, como en la portada de la película), es de los que permanecen en la misma casa, en este caso, en donde vivió con su esposa. Él permanece como testigo de todo lo que ocurre ahí: las personas que llegan, las que habitan y las vibras que dejan.
El resultado es una cinta existencialista, de poco presupuesto, con muy buen soundrack. De repente, al espectador, si lo agarra desprevenido puede dar algunos saltos, pero no es una película de horror, sino más un drama que va narrando visualmente la historia del fantasma a lo largo del tiempo y, además, provoca reflexión sobre lo efímera que es la vida, lo que puede ocurrir después de ella, dónde quedan las almas, los asuntos que se pueden quedar pendientes por resolver, entre otros temas.
Por el arte y la manera en la que cuentan la historia, pareciera una trama de largometraje , cortometraje animado o de video musical. Al final, vale la pena, especialmente por la música y por ser una opción diferente.
Esta reseña de mi autoría también fue publicada en:
https://www.facebook.com/pelifanatica
Comentarios