Esta cinta se acaba de estrenar en Netflix, está basada en la famosa novela de A.J. Finn y se centra en una mujer que padece de agorafobia y por tal motivo, está confinada en su casa. Bebe vino, ve películas y también se pone a espiar a los vecinos de enfrente, lo que le empieza a traer problemas inimaginables (aunados a los que ya tenía y a los prejuicios que se hacen de ella por su condición). No contaré más.
No he leído la novela aún, así que no sé qué tan apegada esté. Lo que sí, es que no se equipara con La chica del tren o Perdida (Gone Girl), ya
que ambas, tanto los filmes, como las novelas, han sido geniales.
Aun así, esta cinta es cumplidora, entretenida y mantiene el suspenso. Además, Amy Adams quedó ideal para este papel (ella me encanta en Sharp Objects, serie televisiva basada en la gran novela de Gillian Flynn). Muchos la comparan con La ventana indiscreta (Rear Window, 1954), de Hitchcok, por el parecido de la trama, pero no es la primera ni la última que hacen con una historia similar. Toda la acción se lleva a cabo en la casa y la acompañan uno que otro efecto visual, como de cinta de superhéroe o de juegos de video. El director es el británico Joe Wright, a quien recordamos por películas de drama y de época como Orgullo y Prejuicio, Las horas más oscuras y Expiación, Deseo y Pecado. Es atípico que Wright haga ahora una cinta de suspenso. Y ya que andan realizando adaptaciones de novelas de este género, ojalá hagan pronto de Behind Closed Doors, escrita por B.A. Paris, y La pareja de al lado, de Shari Lapena.
En fin, La mujer en la ventana es recomendable para: fans de suspenso, thrillers psicológicos.
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