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Sólo puedo decirte lo mucho que te quiero y te echo de menos, no logro concebir el hecho de que lejos de mí te fuiste, pero no lejos del pueblo en el que creciste.

Tú lo escribiste, por eso debes responder por él y no esconderte en rincones donde no puedo ni ver tu hermoso rostro. Reconozco que siempre he preferido los rincones obscuros porque no puedo verte pero sí sentirte. Es mucho el gusto que siento en el momento en que me permites ver tu bello rostro moreno y dulce. El perfume que recibiste de obsequio, te gustó mucho. Dicen que yo suelo sonreírte siempre que persigues un beso mío, por eso es evidente que me quieres mucho. Yo no soy quien no quiere reconocer los errores cometidos sino todo lo opuesto.

Un juguete y un edredón son los presentes que recibí de los reyes. El muñeco de mi tío el cojo. Enfermo el que no quiere vivir, sino morir, pero él puede componerse, entonces no tiene por qué tener deseos de morir.

Este texto impreso que me diste lo leeré en el momento en que lo necesite. Te recuerdo que no podré devolvértelo pronto, y no te preocupes, tampoco lo perderé.

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