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Sobre Criadas y Señoras




Hace algunas semanas, les platicaba lo enriquecedor que puede resultar leer un libro y luego ver su respectiva película o viceversa. En esta ocasión vi en el cine Historias Cruzadas (The Help, 2011) y posteriormente tuve la oportunidad de leer Criadas y Señoras de Kathryn Stockett, la novela que dio origen a la película. Cabe mencionar que la adaptación cinematográfica es muy apegada al libro y en ningún momento pierde su esencia. 
La historia es conmovedora. Se lleva a cabo en los años sesenta en Jackson, Mississipi, al sur de los Estados Unidos, cuando el racismo hacia los negros estaba en pleno auge. Los capítulos son relatados desde el punto de vista de tres personajes: Aibeleen y Minny, dos criadas afroamericanas y Skeeter, una joven blanca. La historia se enfoca en la relación y vida cotidiana de las criadas (de raza negra) y las señoras (de raza blanca). Muchas de las criadas también fungían como nanas y se hacían cargo de los hijos de las blancas, prácticamente los criaban ya que sus verdaderas madres estaban muy ocupados cosiendo, cocinando o jugando bridge. Irónicamente, a pesar de que las blancas dejaban a sus hijos al cuidado de las afroamericanas, les imponían una serie de prohibiciones absurdas. Por ejemplo, no se les permitía utilizar el mismo baño que las blancas porque podían contagiar “sus enfermedades” y en general no podían ir a las mismas escuelas, ni a las mismas bibliotecas, ni hospitales. Todo lo tenían por separado entre negros y blancos. Incluso tomaban medidas extremas contra los negros que no acataran esas reglas.
En esta historia, varias señoras se muestran malvadas y canijas con las criadas. Les hacían acusaciones falsas, no eran empáticas con ellas y muchas veces las humillaban. Unas por convicción, otras por apariencia y la mayoría por manipulación. Además, era muy lamentable cómo las profesoras y las mismas señoras blancas, envenenaban la cabeza a los niños con temas racistas, incitándolos a discriminar a sus nanas a las que incluso llegaban a llamar “mamás”.
No obstante, también se encuentran personas bondadosas como Miss Celia, una señora ingenua y fuera de lo común y Miss Skeeter, una escritora activista que reúne en un libro las experiencias de las criadas negras de Jackson, Mississipi, con quienes hace una bella amistad. Skeeter rompe todos los cánones establecidos. A su edad no estaba casada ni tenía hijos como sus amigas de la universidad y por el contrario, decide dedicarse a su formación como escritora. Aquí hay tintes autobiográficos de Kathryn Stockett, la autora de esta novela, ya que ella de igual manera creció en Jackson, Mississipi, se convirtió en escritora y tuvo también una madre ausente y por eso su nana afroamericana fue la persona que la crió.
Tanto el libro como la película, muestran lo sorprendente que era el hecho de que las criadas sabían criar mejor a los hijos de las blancas y les daban mucho cariño y sabios consejos. Son especialmente hermosas y enternecedoras las palabras de Aibeleen hacia la pequeña Mae Mobley “Eres buena, eres lista, eres importante”.
Hay otras novelas que de igual forma tratan el tema del racismo. Matar a un ruiseñor de Harper Lee, que también la adaptaron al cine en 1962, Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell, adaptada al cine en 1939, así como La cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe, publicada en 1852 y que además maneja la esclavitud como tema central. En México, es gran referente la película Angelitos negros de 1948. 

Este artículo de mi autoría también fue publicado en: http://poderedomex.com/notas.asp?id=74653

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