Este libro fue escrito por una simpática chica llamada Megan Jayne Crabbe, alias @bodyposipanda. Ella sufrió de varios trastornos alimenticios y en el proceso de reconciliación con su cuerpo, se convirtió en activista de body positive, con premisas de amor al cuerpo y aceptación, independientemente de cómo esté... no solamente en relación al peso, sino también en otros aspectos como discapacidades, problemas en la piel, deformidades, etc. Aceptarlo la manera en la que funciona y reconciliarse con él.
En cada capítulo va abordando temas distintos, desde el negocio de las dietas, pasando por los trastornos alimenticios que los vivió en carne propia; las cirugías plásticas para cambiar la apariencia, el dolor y el castigo al cuerpo (¿por qué la belleza tiene que ser dolor?), las cosas que se postergan por temas relacionados con el cuerpo o idealizaciones (cuando baje determinados kilos, cuando tenga el abdómen plano ya podré ponerme un bikini, cuando tenga el cuerpo así, ya podré ser feliz, etc) a fin de cuentas condicionando la felicidad con base en la apariencia física. De igual manera, manciona temas de respeto a la batalla de cada persona por su apariencia, sin necesidad de estárselo recordando o recriminando.
Hay muchos juicios y paradigmas alrededor de la apariencia de una persona. No por no estar flaca, significa que no va a estar saludable y viceversa, no por ser flaca, será saludable, el gran ejemplo de la anorexia. Puede haber enfermedades involucradas, situaciones emocionales o cuestiones genéticas que no pueden condicionar la felicidad o aceptación de un ser humano. No significa tampoco que una persona que no tenga el cuerpo ideal, va a dejar de ser bella o de merecer amor (especialmente amor propio). Lo interesante también, es que no se limita a hablar de su experiencia o de su discurso sobre el body positive, sino también que lo sustenta con datos y otras fuentes acerca del negocio de las dietas, los peligros para la salud, el cuidado del cuerpo y la importancia de la confianza, la autoestima, la seguridad, la autoaceptación, evitando las torturas por no poder cumplir con los cánones de belleza y figura establecidos por la sociedad o por los medios de comunicación. La autora recalca a que no está invitando a las personas a comer sin parar, sino a escuchar a su cuerpo, saber atenderlo, cuando ya tenga sensación de saciedad o cuando necesite comer más. Cuando tenga que resolver alguna situación emocional fuera de la comida (ansiedad, estrés)... en fin, aprender a ponerle atención por dentro, más que por fuera.
No quisiera contar más. Es un libro realmente valioso que provoca reflexión sobre la importancia de ser feliz y de tener en cuenta las necesidades del organismo y que la felicidad depende del interior y no del exterior. Disfruté su lectura y es recomendable especialmente para mujeres, sin importar la edad.
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