Ir al contenido principal

EL ESPÍA DEL MOSSAD



Tal como su título lo dice, es la apasionante historia del magnate Robert Maxwell, un destacado espía del Mossad que fue encontrado muerto en las Islas Canarias en noviembre de 1991. 

Así que el británico Gordon Thomas, autor de numerosos libros de espionaje, y con la colaboración de Martin Dillon, se sumerge en la vida de este multimillonario, desde su infancia y cómo fue creciendo y alcanzando prestigio mediante una combinación de trabajo duro, falta de escrúpulos y duplicidad. 

A manera de ensayo, en las primeras partes va explicando a detalle lo que es el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel, cómo va reclutando, sus métodos de espionaje: sobre kidon, su departamento para desaparecer a ciertas personas sin dejar rastro, en ocasiones, haciéndolos pasar por suicidios; sobre kitsa, que son los oficiales de inteligencia implicados en operaciones de campo. Así va profundizando en muchos aspectos de la organización y conjugándolos con la vida de Maxwell. 

El protagonista de este libro es originario de una familia judía, de siete hermanos, de un pequeño pueblo montañoso llamado Slatinske Doly, Ucrania, antes parte de lo que era Checoslovaquia, Durante su niñez vivió en la pobreza extrema y hasta los siete años tuvo un par de zapatos. Su madre fue la persona que más influyó en él para su superación. Se cambió el nombre, formó parte de la armada checoslovaca, luego de la armada británica, donde conoció a su distinguida esposa Betty e hizo de Inglaterra su nuevo hogar, donde dejó atrás la carencia y le dio la bienvenida a la opulencia. Era un hombre voluminoso e imponente, de 1.90 y 130 kg. Multilingüe, buen orador, contador de historias y de memoria prodigiosa. Su número de la suerte era el 13, desde el día que compró el grupo Editorial Mirror. Era una persona exigente, prepotente y podía ser muy agresiva con sus empleados y su familia. 

Lady Ghislaine, era un gran yate, llamado así por su hija favorita; era como su segunda casa y tenía un gym a abordo, que nunca usaba pero animaba a sus invitados a que sí lo hicieran. Ahí pasó sus últimas horas de vida. 

Ghislaine Maxwell fue de hecho la que reciéntemente fue arrestada, al verse evuelta en el escándalo de abusos de adolescentes, en complicidad con su pareja Jeffrey Epstein, caso que tiene una docuserie en Netflix. 

Robert Maxwell era muy mujeriego y su esposa Elisabeth "Betty" Maxwell le tenía demasiada paciencia y devoción, pese al trato indiferente y déspota por parte de su marido. De hecho, en 1994, ella escribió una autobiografía donde relata su vida con Robert Maxwell. Fue una investigadora del Holocausto y murió en 2013, a los 92 años. 

Penuria y riqueza, peligro y grandeza, pero nunca rendición ni desesperación, eran aspectos que lo caracterizaban. Era muy gran negociador y tenía claro que, "el dinero era papel y el papel era dinero". 

Se comprometía a la divulgación de obras científicas, medios, tecnología, promesas bien formuladas para gente desesperada, pero sin cumplirlas posteriormente. Aun así, entre todas las jugarretas y fechorías que hacía Maxwell, hizo obras benéficas, como el apoyo hacia un grupo de niños de Chernobyl para que les trataran la leucemia en Jerusalén. 

Maxwell era un personaje sumamente influyente, no solamente espía del Mossad, sino también dueño de muchos otros negocios como el Daily Mirror. Tenía contactos de alto rango y lo trataban como celebridad, especialmente en Bulgaria y Rusia. Se codeaba con personajes como Yuri Andropov y Mijail Gorbachov, del partido comunista; Margaret Thatcher, de quien decía que era una de sus mejores amigas. El príncipe Carlos y la princesa Diana, recién casados en 1981, entre muchas otras personalidades. 

La venta de Promis, un software espía de inteligencia, le permitía al Mossad espiar a otras naciones. Estos países usaban Promis para cuestiones internas, por ejemplo, para localizar narcos. El mundo de la inteligencia no conoce barreras cuando se habla de intereses comunes. 

El libro también menciona muertes misteriosas de otros espías, como la ocurrida en México de Amiram Nir mientras viajaba a este país en compañía de Adriana Stanton, ambos con identidades falsas, el 28 de noviembre de 1988. Su avión se estrelló en circunstancias misteriosas en Michoacán. 

Luego de épocas gloriosas de una vida de ambición, ilegalidades y excesos, Maxwell vivió en la paranoia en sus últimos años; cambiaba planes de último momento y se le dificultaba estar tranquilo. Se convirtió en uno de los individuos más vigilados del planeta. 

Las últimas partes del libro, relacionadas con su muerte, el antes, el durante y el después, es decir, la autopsia, son las más emocionantes y están narradas a modo de novela, manejando una teoría sobre la muerte de Robert Maxwell. 

Hay muchísimo que se puede platicar de lo escrito en sus más de 500 páginas, pero vale la pena leerlo, es un libro muy interesante y recomendable para los fans de los libros de espionaje y de las biografías. Contiene fotografías de Maxwell con su familia y celebridades, además de datos interesantes que atrapan al lector a través de la narración detallada de los hechos y personajes, aunque, en ocasiones, puede haber confusión y saturación por los numerosos nombres que se mencionan, y si uno no está enteramente familiarizado o si no vivió durante esa época, es fácil que se pierda y tenga que tomar notas y hacer búsquedas para tener más contexto. 

Es un libro muy completo, con una investigación súper minuciosa, cada detalle muy bien cuidado y estudiado, con índice temático, anexos y un epílogo donde revelan algunas de sus numerosas fuentes para llegar a esta obra, por ejemplo, John P. O´Neill, un espía experto del FBI que después se independizó para irse a lo privado y que al final murió en el atentado a las Torres Gemelas. 

Para complementar, recomendable ver la docuserie Mossad 101 donde entrevistan a personajes diversos de esta organización, como Rafi Eitan. De igual manera, vale la pena continuar con el libro Mossad, también escrito por Gordon Thomas. 








Comentarios