Desde que leí Los perros duros no bailan, noté que era un placer sumergirme en las obras de Arturo Pérez Reverte, así que decidí continuar con esta antología de relatos del autor, que sigue la línea del amor hacia los perros y su fastidio y enfurecimiento hacia la gente que los maltrata o abandona de la manera más cruel.
En estos relatos, el autor comparte sus reflexiones y vivencias en torno a los perros, ya sea los suyos o de otros, haciendo hincapié en que prefiere a los canes que a las personas y que ningún ser humano vale lo que un buen perro; que un perro es una gran responsabilidad y que quien no esté dispuesto a asumirla, mejor no lo intente como un capricho o regalo y que al final termine botando al perro a su suerte.
Estos relatos provocan la reflexión sobre la decisión de tener un perro en casa, que no es cualquier cosa, ni un objeto, ni un juguete, ni un capricho.
Disfruté este libro, que se lee rápido, en unas cuantas horas, con letras grandes y una narrativa que atrapa desde un inicio.
Un libro ameno y recomendable para los amantes y protectores de los adorables canes.
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